La ropa que elegimos cada día no solo refleja nuestro estilo, sino también cómo nos sentimos y cómo queremos proyectarnos al mundo. ¿Alguna vez te has puesto un vestido rojo y has sentido que podías conquistar el mundo? Eso no es casualidad. Los colores tienen un impacto profundo en nuestra energía y confianza, y aprender a usarlos a tu favor puede ser un cambio radical en cómo te percibes y cómo te ven los demás.
El lenguaje de los colores
Cada color tiene su propia energía y puede evocar diferentes emociones. Aquí tienes una guía práctica para entender lo que cada tono puede hacer por ti:
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Rojo: El color del poder y la pasión. Si buscas destacar, liderar o simplemente irradiar confianza, el rojo es tu aliado. Es perfecto para reuniones importantes o eventos donde quieras dejar huella.
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Azul: Serenidad y profesionalidad. El azul transmite calma y fiabilidad. Es ideal para entrevistas de trabajo o días en los que necesitas claridad mental y control.
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Amarillo: Optimismo y creatividad. Este color llena de energía positiva y es genial para momentos donde quieras inspirarte o alegrarte el día.
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Verde: Equilibrio y renovación. Asociado con la naturaleza, el verde aporta una sensación de armonía. Es útil para días de autocuidado o para momentos en los que necesites conectar contigo misma.
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Negro: Elegancia y seguridad. El negro es un clásico que nunca falla. Proyecta autoridad y sofisticación, perfecto para cualquier ocasión en la que quieras sentirte imbatible.
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Blanco: Pureza y nuevos comienzos. Si necesitas claridad y frescura, el blanco es tu color. Es ideal para momentos donde quieras transmitir transparencia y tranquilidad.
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Rosa: Feminidad y empoderamiento. El rosa ya no es solo un color suave. Hoy en día, puede ser tan fuerte como el rojo, proyectando confianza y delicadeza al mismo tiempo.

Cómo elegir el color según tu energía
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Conéctate con tu estado de ánimo. Antes de vestirte, piensa en cómo te sientes y en lo que necesitas ese día. ¿Confianza? ¿Calma? ¿Energía? Elige el color que mejor complemente o potencie esa sensación.
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Ten en cuenta la ocasión. Si bien el color negro puede ser perfecto para una reunión de trabajo, quizá el amarillo sea mejor para un brunch con amigas.
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Prueba combinaciones. No siempre tienes que vestir un solo color. Mezclar tonos puede equilibrar tus energías. Por ejemplo, un blazer rojo con una blusa blanca puede dar poder y frescura al mismo tiempo.
Consejo Lanuya
Recuerda: los colores no solo visten, también cuentan historias. Deja que tu ropa refleje la mujer que eres, con toda tu fuerza, sensibilidad y autenticidad. Porque al final del día, no es el color quien lleva la prenda, sino la actitud de quien la viste.
Así que la próxima vez que abras tu armario, pregúntate: “¿Qué quiero transmitir hoy?” y deja que los colores sean tu herramienta para hacerlo. Lanuya viste de ti, y tú decides cómo brillar.